Ayer me dijiste
-hijo querido-,
ayer me abrazaste
por largo tiempo.
Ayer sonreíste
casi todo el día,
ayer te convertiste
en mi compañero de alegría.
Ayer tuviste
mil motivos para compartir,
ayer transformaste
en gozo todo mi sentir.
Ayer tu vida
tuvo un bello color,
ayer mi vida
cantó con tu amor.
Hoy algo pasó,
porque el -hijo querido- desapareció,
a la ofensa transitaste,
y hoy abrazo no me diste.
Hoy algo cambió,
tu sonrisa hoy no jugó,
y la alegría en tu rostro,
se esfumó.
Hoy cambiaste,
todo el día te aislaste,
por ende,
mi gozo retiraste.
Hoy, bien no te fue,
tenías un color opaco,
hoy no canté,
la inspiración menguó.
Hoy fue diferente,
te sentí indiferente;
hoy fue diferente,
tu ánimo cambiaste.
Nuestra interacción
es dependiente,
y su calidad
no es independiente.
Depende de tus momentos,
depende de tu ánimo,
depende de todo aquello
que suceda en tus caminos.
Pero yo quiero que nuestros momentos
inspiren tus caminos;
no quiero que tus momentos
agrieten nuestro camino.
VIVIANA ZULUAGA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario