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miércoles, 25 de noviembre de 2020

EL RETO

Papá:

Si no obedezco,

¿por qué me pegas?,

si no hago lo indicado,

¿por qué me insultas?

 

Mamá:

Si me equivoco,

¿por qué con tu mirada me agredes?;

si no te sigo,

¿por qué me ofendes?

 

¿Acaso el golpe corrige?,

¿quizás el insulto confronta?,

¿será que la agresión construye?,

¿tal vez la ofensa direcciona?

 

Si corregir, confrontar,

construir y direccionar

son tus metas al educar,

de esa forma no lo vas a lograr.

 

El golpe me envenena,

el insulto me hiere,

la agresión me duele,

y la ofensa me lastima.

 

El reto será:

con la palabra confrontar,

con el análisis direccionar,

con el fluir de la natural consecuencia corregir,

y con el ejemplo construir,

 

Para siempre tener:

Un espejo que modele,

una ruta que inspire,

una realidad que confronte,

y un proceso que construya

 

-VIVIANA ZULUAGA-                                                                                                         

viernes, 6 de noviembre de 2020

INTEGRIDAD

 LA COHERENCIA ES FUNDAMENTAL EN LOS PADRES PARA TENER CREDIBILIDAD FRENTE A SUS HIJOS.

Para este texto consideraré al -ser- como el conjunto de varias áreas: cuerpo, emociones, razón, voluntad y espíritu, las cuales se expresan a través de palabras, acciones, sentimientos, pensamientos y reacciones.

La comunión entre cada área del -ser- es compleja y hermosa, demanda conexión entre cada una, diálogo entre todas y acuerdos que honren la verdad y la coherencia; esta comunión pone al ser en una situación no siempre agradable, lo ubica entre desacuerdos, también entre deseos no aceptados por la totalidad del ser, sin embargo, representa una oportunidad para ejercer gobierno sobre sí mismo, tomar decisiones honestas y crecer en integridad. Esta comunión demanda contemplación, reflexión, diálogo intrapersonal, motivación para -ser uno- y diligencia para serlo, es complejo este proceso porque requiere sujeción de unas áreas a otras, y a la vez es hermoso porque sus frutos son idóneos, saludables y promotores de transformación en el entorno. La unidad entre cada área del ser y entre cada expresión de éste da lugar a una comunión entre sí, que junto con la motivación para -ser coherente- conduce a un actuar íntegro.

Ser consciente del -ser- y -saber ser- constituye una responsabilidad al ejercer el rol de padre, el rol de madre, o el rol de cuidador.  Diariamente los padres proyectan lo que -son- a sus hijos y les enseñan a -ser- a través de cada palabra, silencio, reacción, conducta, hábito y expresión, todos los días le dan forma al -ser- de sus hijos.   La integridad es el mejor ejemplo, si los hijos pueden decir: -mis padres hacen lo que dicen, cumplen lo que prometen y su palabra es suficiente-, significa que hay credibilidad, creen en sus padres, lo cual es fundamental para una buena relación entre padres e hijos. La incredulidad de los hijos hacia sus padres da lugar a la apatía, desobediencia y rebeldía, es menester un trabajo intrapersonal por parte de los padres para inspirar en sus hijos credibilidad, confianza y verdad; inspiración que promoverá en cada hijo una mejor relación consigo mismo, con sus padres, con otras figuras de autoridad y con sus pares.

Cuando la educación que los padres brindan a sus hijos es respaldada por un ambiente de sinceridad y coherencia, entonces, el respeto y la confianza de los hijos hacia sus padres serán protagonistas. El ejemplo guarda un mensaje de integridad claro y contundente, le da fuerza a la palabra, autoridad a la instrucción y determinación a cada decisión tomada en el ejercicio del rol de padres, en esto es indispensable meditar cuando preocupa la desobediencia, indiferencia e irrespeto de los hijos.

Si la integridad es una columna en la vida de los padres, los hijos serán instados a asumirla como principio de vida.  Amarán la coherencia entre el ser y el hacer, entre decir y actuar, y entre pensar y proceder.


VIVIANA ZULUAGA

Movimiento

Queridos padres, queridos profes: Moverme, despierta conexiones; moverme activa percepciones, moverme conecta mis neuronas, al moverme, mejo...