Papá:
Si no obedezco,
¿por qué me pegas?,
si no hago lo indicado,
¿por qué me insultas?
Mamá:
Si me equivoco,
¿por qué con tu mirada me
agredes?;
si no te sigo,
¿por qué me ofendes?
¿Acaso el golpe corrige?,
¿quizás el insulto confronta?,
¿será que la agresión construye?,
¿tal vez la ofensa direcciona?
Si corregir, confrontar,
construir y direccionar
son tus metas al educar,
de esa forma no lo vas a lograr.
El golpe me envenena,
el insulto me hiere,
la agresión me duele,
y la ofensa me lastima.
El reto será:
con la palabra confrontar,
con el análisis direccionar,
con el fluir de la natural
consecuencia corregir,
y con el ejemplo construir,
Para siempre tener:
Un espejo que modele,
una ruta que inspire,
una realidad que confronte,
y un proceso que construya
-VIVIANA ZULUAGA-
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